El concepto de ciberespacio, a lo largo de la historia, ha evolucionado bastante de manera descriptiva. Inicialmente la figura era definida como una representación gráfica de datos abstraídos de los bancos de cada ordenador del sistema humano, y básicamente en esos años esa fue la idea que se mantuvo.
A medida que las tecnologías fueron avanzando y los usuarios con acceso al Internet se fueron multiplicando en todo el mundo pues asimismo esa concepción de ciberespacio evolucionó. Las sociedades se dieron cuenta que no todo en el Internet era virtual sino más bien se llegó a la conclusión que existe una evidente conexión -con el ciberespacio y el mundo físico- de forma permanente. Y esto se debe a las acciones: uso de aplicaciones, programas y otras funciones dentro de la red del ciberespacio.
Es un hecho cierto que el ciberespacio se considera un lugar diferente del mundo que conocemos. Primero porque las acciones cometidas en él tienen repercusiones diferentes, esto es, en los países en donde hay un vacío de regulación y conocimiento respecto al ciberespacio y las herramientas que se desprenden de este.
Es bueno aclarar que ciberespacio y red no es lo mismo, aunque en ocasiones, puede asociarse como terminología. El término red puede relacionarse con una serie de dispositivos de hardware físicos como cables, servidores y computadoras que permiten la conexión al ciberespacio.
Ahora bien, es cierto que para poder conectarse o acceder al ciberespacio debe hacerse mediante las herramientas del mundo físico, pero, eso no significa que dicha red sea considerada física completamente. Y es que gran parte de sus conexiones están entrelazadas universalmente a través de páginas web, servidores, internet y todos los datos nuestros y de otros usuarios.
Lo anterior no quiere dejar dicho que cuando iniciamos nuestro computador inmediatamente ingresamos a un mundo ciberpunk, pues, contrario a esto dicho proceso se siente muchísimo más apegado al mundo físico. Sin embargo, mientras utilizamos nuestros dispositivos electrónicos, ocurren una serie de cosas que, para el usuario regular, resultan banales.
Desde que se enciende un ordenador, laptop, tableta o celular, estos inician a buscar señales inalámbricas, las cuales pueden ser desde WI-Fi hasta satelital. También, cuando se ingresa a una aplicación o página web se comparten miles de datos que pueden variar dependiendo de lo que soliciten estos, como localización, hábitos de navegación, contactos y hasta datos biométricos.
Asimismo, como se mencionó en el párrafo anterior, lo que sucede cuando se accede mediante un dispositivo electrónico a un sitio web o programa dentro del ciberespacio son básicamente procedimientos técnicos que ocurren previo al proceso de identificación y regulación de los derechos dentro del ciberespacio. Que no es más que aquel reconocimiento de las normas a estos derechos en el entorno digital.
Los derechos evolucionan con el tiempo y de cara a la actual revolución industrial que vivimos esto es un hecho cierto. Y es que, diversos factores como la globalización, avances científicos y tecnológicos o la internacionalización de derechos humanos han dado lugar al surgimiento de nuevos derechos, tales como: derecho al acceso a Internet, derecho a la seguridad digital, derecho al olvido, derecho a la neutralidad de la red y así hay otros más que resultan importantísimos al momento de hablar de nuevos derechos.
Como se ha podido observar, históricamente, cuando inician los debates del ciberespacio, las preocupaciones centrales versaban sobre cómo se iba a regular este ecosistema mas nunca, en discusiones iniciales, sobre de que manera se garantizarían y protegerían los derechos de las personas al momento de acceder al ciberespacio.
En el año 2009, el Consejo Constitucional de Francia, emitió una decisión que reconoció el derecho al acceso a Internet, en uno de sus considerandos se estableció la importancia de garantizar el acceso universal a Internet y también como este último se enlaza con los derechos fundamentales insertos en la Constitución.
El problema es que hay muy poca concientización por parte de algunos estados sobre el acceso al Internet y cómo utilizar este último. Esto se evidencia cuando muchos estudios de organizaciones mundiales que abordan los puntos concernientes a la cantidad de usuarios que desconocen el manejo y uso del Internet, y, asimismo, aquellosestados que apenas empiezan por reconocer el acceso a Internet como derecho fundamental.
Por estas razones, la discusión de si el ciberespacio resulta ser una red digital o física se mantendrá viva por mucho tiempo, porque muchas naciones iniciaron tarde el proceso de garantizar el acceso de Internet a los usuarios y sobre todo aquel que propone mediante las normas pues controlar lo que ocurra dentro del ciberespacio. Además, se debe mencionar que en algunos estados existen leyes promulgadas hace más de diez años que en el presente no se adaptan a nuestros días y sobre todo se quedan cortas al momento de definir conceptos esenciales para los usuarios del ciberespacio.
Entonces, ¿qué se debe regular? Siguiendo el título de este subtema, se debe reafirmar, que tanto la red física -a lo que nos referimos al mundo como lo conocemos- y la red digital -que resulta ser el ciberespacio y sus componentes- deben ser reguladas. Ahora bien, lo primero que debe ser normalizado es el mundo físico para así sentar las bases para reglamentar el ciberespacio.
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