domingo, 8 de marzo de 2020

El Derecho y la inteligencia artificial (IA).



Hablar del Derecho hace un año es distinto al que se predica en el día de hoy. Y es que, esta ciencia siempre, de manera constante, se mantiene evolucionando.

Quizás no sea un cambio total, pues las piezas precursoras se mantienen en el tiempo. Se trata más de un encaje con las necesidades que son imperativas en el tiempo presente, acoplamientos que, pueden ser, desde convertir un servicio presencial a uno en línea, hasta hablar de fallos más exactos y justos mediante algoritmos. 

En la República Dominicana no es mucho que puede extraerse de la relación entre el Derecho y la IA, ha sido recientemente que, los organismos competentes han iniciado a estudiar el campo. Cabe señalar, que a pesar de que en ciertos asuntos se ha observado una leve digitalización de procesos, los mismos no están del todo en el área de la inteligencia artificial. 

La IA son el conjunto de acciones que, usualmente, son realizadas por humanos o como muchos dicen, por la mente humana, aplicado en máquinas. Las mismas tienen la posibilidad de ahorrar tiempo a la hora de resolver un proceso. Y es que con el paso del tiempo, los humanos se han dado cuenta del factor favorable que representa la priorización de ciertas actividades en el sector legal. 

El auge de la inteligencia artificial ha sido inesperadamente mayúsculo, tanto que, no hace tanto -en comparación con materias clásicas- devino de la ciencia del Derecho la rama denominada como informática jurídica. Esta se define como: «el conjunto de técnicas instrumentales de almacenamiento y recuperación de datos, establecido con la finalidad de de sustituir la actividad rutinaria del hombre en sus labores de localización y recuperación de información, mediante la utilización de computadoras»[1].

En el campo de la referida rama, se dividen ciertos tipos que entran en los asuntos legislativos, judiciales, administrativos y de despachos. 

En el marco de leyes se propone la promulgación de normas más efectivas e idóneas analizando mediante máquinas los boletines históricos dentro de un sistema legislativo. También, se habla de «...analizar los sistemas legislativos para la creación de normas, así como generar instrumentos para la redacción y para la gestión y la publicación de las disposiciones y analizar el impacto que generan las normas...»[2].

En asunto judiciales se habla de la resolución de controversias a través de la informática. Se hablan de la creación de algoritmos para decidir sobre ciertas sentencias y algunos casos. Tal como es el caso en Canadá, que se explica como: «A handful of AI teams are building machine learning models to predict the outcomes of pending cases, using as inputs the corpus of relevant precedent and a case’s particular fact pattern.»[3] (Traducción al pie). 

De esto se puede sacar el impacto que tendrá en las compañías, especialmente las oficinas de abogados, este tema, pues pueden ser utilizadas como estrategias de litigios y minimizar la cantidad de casos que van a juicio. 

Y de hecho, se ha puesto en prueba en la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) a través de un robot que predijo nada más y nada menos con un 79% de precisión los fallos que los jueces de dicho tribunal emitirían. [4]

Las demás materias pueden sintetizarse en los asuntos administrativos, de despachos y registrales. En el caso nuestro hemos visto un avance en temas concernientes a la administración pública, en vista de que se han puesto en práctica métodos informáticos para combatir con mayor eficiencia los objetivos de la misma. 

La inteligencia artificial es algo que suena sumamente beneficioso hasta al momento, pues como cualquier sistema novedoso, no todo resulta ser perfecto. Siempre vendrán críticas al mismo, y las mismas son válidas, pues no resultan ser simples comentarios sino más bien prevenciones. 

La Comisión Europea para la Eficiencia de la Justicia (CEPEJ), recientemente se reunió y publicó un documento[5] sobre el uso ético que los sistema de IA aplicados a la justicia debía de poseer. En el mismo, se habla de que el diseño e implementación de la IA debe de ser compatible con los derechos fundamentales. 
  
La inteligencia artificial indudablemente inicia su apogeo, en algunos lugares comenzó hace un tiempo y va avanzando de forma, al parecer, imparable. Irónicamente depende de nosotros, los humanos de frenar dicho auge.  

En fin, siempre y cuando esta no sea utilizada para hacer el mal, no habrá problemas, mas en el momento en que las ideas maquiavélicas sean puestas en la IA, iniciará la descomposición de la raíz.



[1] Nougrères Brian, Ana. «Introducción a la informática jurídica»
[2] Ibidem.
[3] «Un puñado de equipos de IA están construyendo modelos de aprendizaje automático para predecir los resultados de casos pendientes, utilizando como entradas el corpus de precedentes relevantes y el patrón de hechos particular de un caso.» Documento disponible [En línea]: https://www.forbes.com/sites/robtoews/2019/12/19/ai-will-transform-the-field-of-law/

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