Así como el Derecho es considerado como un arte por muchos. De esa misma manera ocurre lo mismo con redactar.
La última publicación de este blog fue hace más de dos años. Y aunque me mantengo -o por lo menos intento- escribiendo sobre otros temas fuera de Derecho[1].Debo decir que en estos años no encontré inspiración para publicar en el Mero Derecho.
En este espacio de dos años las ideas me llegaban a cada rato, tanto así que en ocasiones anotaba los temas y hasta desarrollaba borradores pero siempre retornaba al punto 1: bloqueo.
Todos los que escribimos hemos sentido ese aislamiento de lo que en principio era una idea y el cómo plasmar ese pensamiento en papel o máquina.
Al principio dije: «Escribir no es tarea fácil», sé que seguramente escucharon o leyeron eso alguna vez. Y, ¿por qué será que no es fácil escribir? ¿por el tiempo que nos quita? ¿por qué nos obliga a leer? Las preguntas son interminables.
Me quedo con que resulta que cuando se escribe estamos obligados a mirarnos al espejo y reflejar en el papel la visión, pensamiento y opinión. Esto último lo vuelve una tarea para nada sencilla.
En fin, detrás de eso está la belleza de redactar, pues ahí verdaderamente somos libres de expresarnos sin ningún tipo de temor o barrera.
Estoy de regreso y saben que antes de empezar me gusta darles un poco de contexto sobre mi ausencia.
¡Atentos a la próxima publicación!
[1] Ver “Thoughts by AMC” disponible en: https://instagram.com/thoughtsbyamc?igshid=MzRlODBiNWFlZA==
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